Navegado desde tiempos prehistóricos, el río Rin es tanto una frontera natural como un enlace comercial entre distintas zonas de Europa: los Alpes, las montañas de Europa central y las tierras bajas del Atlántico. Durante miles de años, diferentes culturas y ciudades han ido creciendo a ambos márgenes, haciendo que, en la actualidad, sus orillas sean una de las zonas urbanas más pobladas del mundo y núcleos de cultura y finanzas.

Tanto si navegas el Rin río arriba como río abajo, podrás descubrir sus maravillas. En su parte más alta, se encuentran los afilados picos alpinos, geniales para ir de excursión, y las cataratas del Rin, el mayor salto de Europa. La parte central destaca por su naturaleza salvaje, con sus múltiples curvas, y la región del Ruhr, a la que pertenecen muchas grandes ciudades de Alemania, famosas por sus catedrales, su arquitectura y sitios declarados Patrimonio de la Humanidad. La parte más baja, en Holanda, se caracteriza por sus molinos de viento y sus tulipanes. El delta atrae a sus visitantes por su belleza natural y sus pólderes, las tierras reclamadas por el mar.